Hoy te esperé. Te esperé como un ingenuo e inocente niño espera a Papá Noel en vísperas de navidad. Te esperé con mis ganas de chatear con vos y con un bolso lleno de esperanza de encontrarte. El día se va despidiendo, pero eso no me preocupa: mañana otro día llegará y las esperanzas aquí permanecerán. Siento que me recordarás. Siento que tus pensamientos me visitan por las noches. Siento que te siento y siento que me sientes. Si finalmente la inminente promesa abstracta que algún ser superior me regaló se cumple, me encontraré nuevamente con la felicidad, y esta vez osaré no dejarla escapar. Me aferraré a ella como he sabido aferrarme a las esperanzas aún intactas de conocer ese ser que haga estallar mi persona en sentimientos de mil colores y formas. Esa musa inspiradora de mi corazón, implícita en cada sueño y anhelo de mi vida, que aún así no tiene figura definida, mas no posee nombre ni cara constante... pero hoy se refleja en vos. Hoy eres el espejo de ese anhelo, la sombra de ese amor, el reflejo imborrable y eterno de esa redonda belleza, esa verdad.

Hoy, lo eres tú... hoy, te extraño a ti... hoy te necesito cerca... para que reconfortes mi corazón, sepas o no que lo haces... sepas o no que significas más de lo que puedo expresar... más de lo que atrevo decir... más de lo que piensan.