En mi vida muchas veces creí ver hermosas flores, que al levantarlas me daba cuenta llevaban dentro abejas que me picaron.
La primera vez el dolor fue insoportable. Pero más adelante, recorriendo el mismo camino, volví a ver flores de distintos matices y colores... todas atraían por su aparente belleza. Pero siempre la misma historia: Picazón y dolor.
A veces me enojaba tanto conmigo mismo por cometer el mismo error y caminaba reacio a siquiera mirar al suelo. Pero pasado un tiempo la misma historia se sucedía.
He sido poco razonable, poco práctico, y poco lógico en este camino. La lección se ha presentado decenas de veces y la he desestimado sin siquiera prestarle atención.
Necesito recorrer este camino más cuidadosamente y no dejarme llevar por la impresión de que las flores son inofensivas, y observarlas mejor. Estudiarlas y asimilarlas. Y luego, recién luego, intentar tomarlas.