Manuscritos del ayer (Parte I)

Acomodando un poco los papeles que tengo amontonados en cada rincón de mi habitación, encontré algunas hojas escritas hace ya unos años.

Empiezo con esta, trascripta literalmente, palabra por palabra:

Nunca a nadie le conté pero vivo en vergüenza: de lo que soy y más aún de lo que no soy. De todo aquello que alguien alguna vez pensó de mi y no fue así. Las veces que decepcioné a otros y la decepción constante que soy para mi. Toda la grandeza aspirada y nunca concretada. Sin talentos, sin pensamientos brillantes ni destellos de verdadera, real y palpable inteligencia. Sin dotes de magnificencia ni chispas de bondad. No hay nobleza ni caridad en mi. No hay ternura ni amor. Tantas veces me creí lo que intenté que otros crean. Si tan solo supieran. No tengo nada sin lo poco que tengo. No soy libre ni esclavo, no tengo objetivo ni dirección. Cuanta gente lastimé sin darme cuenta y cuanta más consciente de ello. A veces solo quiero vivir... pero me olvido que la vida me la dieron y la sustentan... no soy libre de disponer de ella. Pero me sienta tan mal esta culpa, este resentimiento, esta soledad, esta depresión que quise convencer que me agradaba. Y tanto tiempo pasó, tanto cambié y tan poco a la vez. El tiempo es el peor de los tiranos, un autócrata insensible que no tolera errores. Tan decidido, tan soberbio. [I'm not real anymore... I am an illusion]

En el afán de la perfección, a veces cometemos el peor de los errores: ocultar(nos) al verdad.