TRISTEZA Y ALEGRÍA
Tanto tristeza como alegría son definidas como etapas cíclicas de la vida en una perspectiva de mediano plazo. Son ambas necesarias y complementarias, ya que sin la una no existe la otra. Cada una tiene una importancia fundamental endógena para sí misma, y exógena respecto de la otra. Si no tuviésemos etapas de tristeza, no apreciaríamos estar felices.
Muchos piensan que la clave de la felicidad, y el bienestar en la vida, es conseguir extender cierta etapa feliz durante toda la vida. Cosa por cierto imposible, ya que la felicidad sufre de "rendimientos decrecientes"; es decir, que mientras más se extiende el tiempo de felicidad, menos se es feliz en dicha circunstancia. Si hoy sos feliz con una bolsa de caramelos, mañana vas a querer más, y tu felicidad por tener la bolsa de caramelos va a decaer hasta que finalmente te sientas miserable por solo tener lo que hace un tiempo ya tenías.
Debe haber personas allí afuera, que al igual que yo, sientas cierta atracción a la tristeza. Sentirse triste es algo hermoso si se lo sabe apreciar. Es un momento íntimo, donde uno se encuentra consigo mismo al desnudo, con todo lo que lo avergüenza, lo que anhela, lo que siente, lo que lo frustra... sin caretas, sin excusas, nada.
La idea es equilibrar esos momentos, entre tristeza y alegría. Porque es saludable tener ambas etapas; el problema se suscita cuando una de las etapas se extiende por mucho tiempo. Es también un problema porque suele ser crónico, es decir, es fácil "acostumbrarse" a una etapa. Y si eso pasa, uno crea mecanismos sustentados en su forma de ser que no les permite salir del entorno en que se encuentran. Es común encontrar gente que ha desarrollado una mirada depresiva de su vida, este ésta bien o regular... teniendo como resultado una persona siempre inconforme con su vida.
Ahora bien, ¿cómo puede alguien equilibrar adecuadamente las etapas de tristeza y alegría, creando el ciclo sostenible? La clave de la derrota, en cierto sentido, de crear el ciclo propicio, pasa por nuestra tendencia de asociar las etapas (tristeza / alegría) con cosas materiales o situaciones pasajeras. Deberíamos cada uno de nosotros, desarrollar la técnica de adecuar nuestra perspectiva de la vida de acuerdo a las etapas, y no adoptar la misma perspectiva siempre asociada a las antes mencionadas cosas. Si logramos auto-instruirnos una técnica de aprehención de la realidad según nuestra voluntad, haciendo foco en cómo querramos sentirnos, y no en los aspectos objetivos de la realidad circundante. En fin... si las personas logran eso, pueden llegar a administrar los ciclos de tristeza y alegría, pudiendo llevar así una vida más equilibrada y emocionalmente sostenida.
1 comentario:
"Sentirse triste es algo hermoso si se lo sabe apreciar."...
por eso a veces trato de buscra el lado dulce de la tristeza!!!!!!
chaoooo
Publicar un comentario